CÁPITULO I
LA COMPLEJIDAD ÉTNICA EN EL ESTADO ESPAÑOL
Para la mayoría de los hispanoamericanos el nombre de España,
suena de una forma muy vaga e imprecisa;
muy lejana, como algo que no tiene relación con nosotros, excepto por el idioma
que hablamos. Para otras personas, especialmente para las etnias descendientes
de los indígenas, sobre España pesa la culpa del atraso social y económico que
hoy viven nuestros países. Por prejuicio, o desinterés general; poco o nada
sabemos de esa Nación lejana, situada al otro lado del océano Atlántico. y ya
sea o no de nuestro agrado; es parte importante de nuestra esencia cultural y espiritual.
Dentro de la percepción que ocupa la palabra España en
nuestra mentalidad, pensamos que su gente proviene de una sola etnia y con un solo idioma único y
cohesivo, tanto social como culturalmente; sin problemas en cuanto a
diferencias raciales y lingüísticas. Sin embargo la realidad histórica ha sido
completamente diferente.
España es el resultado de
asentamientos cartagineses de raza fenicia, también de griegos, romanos,
celtiberos, visigodos, judíos, moros y gitanos
Las etnias anteriores de alguna forma se
fueron transformando como parte del proceso social inherente en todos
los países del mundo, aunque preservando también gran cantidad de su pasado
histórico. Durante la formación de la nación española en la edad media,
surgen grandes conflictos que perduran
hasta el día de hoy, tal es el caso de
la aspiración separatista del país Vasco, como de la rivalidad
entre Barcelona y Madrid. Originados
por cuestiones de razas, conflictos territoriales, y otros aspectos que se han acentuado a través del tiempo. Para comprender algo de
este complejo problema de varios siglos de duración en la península ibérica;
leamos lo siguientes párrafos escritos por A. Sieberer en su libro “España
frente a Cataluña”. (1944)
“España tiene 24 millones y medio de habitantes, 1 de los cuales ocho millones forman las
minorías nacionales.
La lengua que comúnmente se ha convenido en
nombrar “español”, en realidad debería llamarse “castellano”. Los ciudadanos de
las tres nacionalidades no castellanas, conocen también en su gran mayoría el
español, que es la lengua oficial del estado y la más extendida, sin que sea
sin embargo, su lengua nacional; nunca hablan castellano entre ellos.
Los idiomas catalán y gallego son parientes
cercanos del castellano…Galicia es la cuna del origen del portugués. Y el
gallego es un dialecto portugués en tierra española…Los españoles de las
provincias marítimas, los habitantes de Galicia, de Asturias, de las provincias
vascas de Cataluña y de la costa de Levante, con valencia su centro, no quieren
mucho que digamos a los Castellanos.
Los gallegos_ la minoría española en que
hasta el presente aparece menos despierta la conciencia de raza organizada_...
Las siguientes líneas de Jean dËlbée
(noviembre de 1935) dan una idea del sentimiento nacional vasco: “Frente a los
españoles, los vascos se consideran como el pueblo elegido, el pueblo puro.
Cuando se ofreció la posibilidad de sacudirse el yugo de esta nación que ellos
consideran como una mescla de moros y judíos, de vándalos y de godos,..,.”
Quisiera llamar yo aquí la atención del
lector sobre los limites inestables que tiene en la boca de los catalanes las
palabras España y Castilla…Los catalanistas cambian la palabra España por la
palabra Castilla, cargada para ellos de sentimientos negativos. La palabra
Madrid encarna hasta la guerra civil un superlativo de antipatía.
Los castellanos se siente heridos en sus
sentimientos más profundos, cuando los
catalanes, como lo hace Prat de la Riba, llama al Cid un capitán de
salteadores de caminos distinguido y atribuyen todo el merito de la victoria de
Navas de Tolosa (1212) al hecho de que el caudillo del ejercito cristiano era
un catalán.
Si como los demás puertos españoles, el de
Barcelona hubiera podido enviar sus barcos a América. Tal vez Cataluña habría
aún ganado la batalla en este cambio necesario. Países de lengua catalana
habrían nacido también en América…Pero los Castellanos pusieron el veto a la
expansión de sus rivales…prohibieron a los catalanes bajo pena de muerte
comerciar con los países recientemente descubiertos…La navegación y el comercio
catalanes habían sufrido perjuicios graves porque los castellanos se arrogaron el monopolio del tráfico con la América recién
descubierta…Si la edad de oro de los castellanos hubiera durado más tiempo,
probablemente hoy día no habría catalanes….Los castellanos han conservado del
tiempo de su grandeza, desmedido orgullo. Ellos se consideran la columna
vertebral de España; se conducen como si estuvieran en un grado de civilidad
superior al de las otras razas españolas y por tanto destinados a reinar sobre
sus hermanos.
Existe una mentalidad andaluza, gallega,
catalana y castellana, pero no hay una mentalidad española…Encontramos en la
península ibérica tal mezcla de tipos y de cuerpos, de cabezas y de cabellos,
incluso en espacios restringidos, que un ensayo para establecer fronteras
posibles debe forzosamente fracasar.”
Habiendo leído los anteriores
párrafos, tendremos ya una comprensión mejor de la nacionalidad española; y por tanto no ignoraremos que la
raza ibérica no es de un tipo homogéneo total, al contrario de la raza nórdica
que sí lo es, y que habita en los países
de
Noruega, Suecia y Dinamarca donde podemos apreciar que
todos tienen el mismo fenotipo rubio y de ojos azules.
Por eso no es correcta la
apreciación general y arraigada de nuestra gente acerca de que los
conquistadores hispanos que sometieron a los pueblos indígenas de América,
eran todos del mismo parecer físico rubio y de ojos azules. Indudablemente muchos
eran así, más sus mismos parientes cercanos y compañeros se diferenciaban de los mismos.
Respecto a la diferencia física
entre familiares, la misma Biblia nos dice que se dieron entre dos hermanos provenientes de un mismo padre y de
una misma madre. En el libro de Génesis encontramos la historia de Esaú y de
Jacob. En la narración encontramos que
Esaú era de cabello rojizo 2 y de temperamento activo, diestro con el arco, por lo que se dedicó a la caza,
mientras que su hermano Jacob era lampiño y de carácter reposado.
“Y crecieron los niños, y Esaú fue diestro
en la caza, hombre de campo, pero Jacob era varón quieto, que habitaba en
tiendas.” Génesis 25.27
…Y Jacob dijo a
Rebeca su madre: He aquí, Esaú mi hermano es hombre velloso, y yo
lampiño.” Génesis 27.11
En el libro del Cantar de los Cantares, encontramos la narrativa de una
joven judía que fue despreciada por sus hermanos, por ser muy morena de color.
“Morena soy,
oh hijas de Jerusalén, pero codiciable…No
reparéis en que soy morena,
porque el sol me miró. Los hijos de mi madre se airaron contra mí…” (Por ser
morena) Cantar de los Cantares 1.5-6
Encontramos en el mismo
libro de Cantares una dicotomía genética que nos indica de la diferencia entre
personas de un mismo origen racial, en este caso del pueblo judío.
“Mi amado es
blanco y rubio, señalado entre diez mil. Su
cabeza como oro finísimo. Sus cabellos crespos. Negros como el cuervo.” Cantar de los Cantares 5.10 y 11
“¡Cómo se ha
ennegrecido el oro¡ ¡ Cómo el buen oro ha perdido su brillo… Los hijos de Sión,
preciados y estimados más que el oro puro, ¡Cómo son tenidos por vasijas de
barro,…Sus nobles fueron más puros que la nieve, mas blancos que la leche: más rubios eran sus cuerpos que el coral… (Ahora) Oscuro más que la negrura es su aspecto; no los conocen por las
calles. “Lamentaciones 4.1 y 8
Esa misma dicotomía genética
judía hispana no pasó desapercibida a los ojos de los indígenas americanos en
el siglo XVI, quienes relataron en sus memorias.
“Decían que
habían visto llegar a su tierra
ciertas personas muy diferentes de nuestro habito y traje, que parecían
viracochas… y nombraron de esta manera a aquellas personas que habían visto, lo
uno porque diferenciaban mucho de nuestro traje y semblante, y lo otro porque
veían que andaban en una animalias muy grandes, las cuales tenían los pies de
plata; y esto decían por el relumbrar de
las herraduras. Y también los llamaron así, porque los habían visto hablar a
solas en unos paños blancos como una personas hablaba con otra, y esto por el leer en libros y cartas; y aun los llamaban
viracochas por la excelencia y parecer de sus personas y mucha diferencia entre unos y otros, porque unos eran de barbas negras y otros bermejas (rojas, se alude
por supuesto también al cabello de los conquistadores) Relación de Tito Cusi
Yupanqui, Hijo de Manco II, heredero del trono de los Incas. 1557_1570.
Referencias
1. Actualmente la población
de España es de 40 millones de habitantes
2.
Esaú es llamado también Edóm. Termino que quiere decir “Rojo”. Note la
semejanza con el nombre Adam, que significa igualmente “Rojo
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