LA ESTIRPE DE ABRAHAM
Por Samuelson Ciudaddepaz
PREGUNTAS AL CORAZÓN
Jack London. Un escritor norteamericano
escribió una historia conocida como “El
llamado de la Especie”. Allí nos cuenta
de un cazador que vivía en el territorio del Yukón, Canadá. El fiel compañero
de este hombre era un perro mesclado con lobo, y de gran estampa. Este perro de
grandes colmillos blancos lo defendía no solo de los indígenas, sino también de
los lobos. No obstante al escucharlos aullar en la lejanía, este animal
sentíase atraído por ellos. Un día el cazador es asesinado por los guerreros de
una tribu indígena, ante lo cual el enorme perro queda solo cuidando su cabaña.
Adelante en su relato nos dice que una noche; el perro al escuchar los aullidos
de la manada de lobos, decide seguirlos, donde luego es aceptado como el nuevo
líder. A partir de ese momento nace una leyenda entre los indígenas de un
gran lobo blanco que vengaría la muerte
del cazador entre la tribu de los nativos.
Apreciable lector; a semejanza del relato
anterior, donde existe un “llamado de la sangre”, es nuestra convicción firme
que desde un pasado histórico y desde el fondo inexorable de nuestro espíritu,
y mejor aún, desde las páginas del Libro Viviente; nos llega una voz que nos
está llamando a formar parte de una familia especial. Esta es la familia de
Dios y de nuestro Señor Jesucristo. Por lo anterior no debe extrañarnos que en
el transcurso de nuestra existencia y encontrándonos en alguna circunstancia
especial, sucede como si ya la
hubiésemos vivido.
De igual manera al ver un paisaje, escuchar
una melodía desconocida o leer algo, nos
identificamos con lo que estamos
percibiendo, sea con nuestros sentidos físicos o con los espirituales. Nuestro
corazón palpita aceleradamente, y la sangre fluye libremente llevando vida a
todo nuestro organismo. Vemos el cielo
de un color más intenso y limpio, sensaciones de bienestar y paz invaden nuestro
ser, respiramos en armonía con la naturaleza y deseamos hacer bien a nuestros
semejantes. El amor de Dios fluye dentro de nosotros y deseamos amarle como él
se merece.
Esta sensación maravillosa descrita
anteriormente en las últimas líneas fue lo que vivió Jesucristo, y es frecuente
que lo experimenten las personas a quienes
Jesucristo llamó bienaventuradas.
“En
aquella misma hora Jesús se regocijó
en el Espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra…”
1
Decíamos anteriormente de sensaciones
extraordinarias e indescriptibles que
recorren nuestro espíritu y estallan dentro cual innumerables partículas de
alegría, gozo y felicidad. Eso sucede cuando vemos una montaña especial, una
flor hermosa, el canto melodioso de un ave, etc. En nuestro caso también nos
sucede al leer los siguientes párrafos.
“El hebreo…
¡Qué tiene este idioma que nos atrae tanto,… como si alguien nos estuviera
llamando desde su expresión escrita o hablada.
Ahora bien, en cuanto a mí, cuando escucho sus
melodiosos y precisos sonidos saliendo de la boca de quien lo habla con
fluidez… como si fuera agua clara y resplandeciente…como el sonido de un burbujeante arroyo manando desde lejos, de un reino sin tiempo…Siento una profunda emoción cuando el Agua Viviente (Mayim
Jayim) del Ruaj ha Kodesh (EL Espiritu Santo) se derrama sobre mi corazón…” por
Yaphah Rambsel en el libro “Su nombre es Jesús”. Yacov Rambsel
Ahora, concerniente a usted, queremos
hacerle unas preguntas.
¿Qué fue lo que sintió al leer el pensamiento de Yaphah Rambsel?
¿Se sintió
identificado con la descripción del
sonido de un burbujeante arroyo brotando
desde un reino sin tiempo, que nos hace deseable el estar en un lugar así? y
más aun, ¿Nos sentimos atraídos de una forma inexplicable hacia el idioma hebreo, aun cuando nuestra lengua materna es el
idioma castellano?
Seguidamente le presentamos diversos
versículos de la Biblia para que los medite.
“Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová”.2
“y serviréis
allí a dioses hechos de manos de hombres, de madera y piedra, que no ven, ni
oyen, ni comen, ni huelen. Más si desde
allí buscares a Jehová tu Dios, lo
hallarás, si lo buscares de todo tu corazón y de toda tu alma. Cuando
estuvieres en angustia, y te alcanzaren todas estas cosas, si en los postreros
días te volvieres a Jehová tu Dios,
y oyeres su voz.”3
“Mi pueblo a su ídolo de madera pregunta, y el leño le
responde,…”4
“Oíd los que estáis lejos, los que he hecho y
vosotros los que estáis cerca, conoced mi poder.”5
“Pues
al fin llenará de gloria el camino del
mar, de aquel lado del Jordán, en Galilea de los gentiles.”6
“He
aquí estos vendrán de lejos, y he aquí estos del norte y del occidente, y estos
de la tierra de Sinim.”7
“Y de Sión se dirá: Este y aquel han nacido en
ella;…Jehová contará al inscribir a los pueblos: Este nació allí. Y cantores y
tañedores en ella dirán: Todas mis fuentes están en ti.”8
“Este dirá: Yo soy de Jehová; el otro se llamará
del nombre de Jacob, y otro escribirá con su mano: A Jehová, y se apellidará
con el nombre de Israel.”9
Al leer los
versículos anteriores de la Biblia, ¿se
sintió aludido o identificado con ellos ¿ o al contrario, ¿ sintió indiferencia
ante los mismos?
Le preguntamos también; al leer o escuchar
los nombres de ciudades o países como: Washington, París, Londres, Madrid,
Tokio, Jerusalén; Estados unidos, Francia, Inglaterra, España, Japón, Israel.
¿Qué ciudades o países de los mencionados, le gustaría conocer antes que los
otros?, o bien, ¿Con qué país se sintió usted mas atraído o identificado?
Si alguna vez ha escuchado el sonido del
instrumento musical judío llamado Shofar,8
le preguntamos. ¿Qué sintió en su corazón mientras escuchaba el sonido de
esa trompeta?
Si la
mayoría de respuestas a las anteriores preguntas; es sentirse identificado con las palabras
relacionadas con Israel y España, existe
una probabilidad grande que por sus venas circule la sangre ancestral de
hombres y mujeres de raza judía.
Lo invitamos a que lea detenidamente este
libro, reflexionando en dos herramientas útiles al alcance nuestro que son: las
páginas inmortales de la Sagrada Biblia, y las páginas de la historia
universal.
Referencias.
1.
Lucas
10.21 2. Salmo 84.2 3. Deuteronomio 4. 28_30 4. Oseas 4.12
5. Isaías 33.13
6. Isaías 9.1 7.
Isaías 49.12 8. Salmo 87.5_7
9. Isaías 44.5
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