CAPITULO XXXVI
CITAS
PARA REFLEXIONAR
Apreciable
lector, este es un buen momento para reflexionar acerca de la situación de nuestra patria. Todos
podemos aportar lo mejor para que Guatemala cambie y salga adelante .En las
siguientes citas , tomadas de la narrativa de Federico Crowe, cl primer misionero reconocido en la historia
evangélica de nuestro País , nos daremos cuenta que la violencia actual
que azota a la capital de Guatemala,
viene de tiempo atrás, y aun repercute en la actualidad. Además retrocedemos en la cápsula del tiempo.
Y nos situamos en el ambiente y sentimiento que debió pasar este misionero,
rumbo a su destierro, En este contexto, diremos que este sentimiento
desgarrador de ser expulsado violentamente de esta tierra ,lo vivió
intensamente el licenciado y poeta. Juan
Dieguez Olaverri, quién un par de años antes había auxiliado a Crowe. Los dos
personajes fueron victimas de la persecución de la intolerancia del gobierno de
Rafael Carrera. Agradezcamos a Dios ,por el privilegio que tenemos ahora de adorar a Dios libremente. y podemos
declarar con convicción que en estos años Guatemala ya es una Tierra con Dios
,pues hay una antorcha viviente que alumbra las tierras chapinas. LA SANTA
BIBLIA. Cristianos, pidamos perdón a
Dios por este suceso del destierro de don Federico Crowe. El es fiel y justo
para perdonar las iniquidades de nuestros antepasados,_de nuestras generaciones
olvidadas. Dios traiga Paz abundante al
país de la Eterna Primavera.
“...Mi
primer objetivo, después de nuestra llegada, fue el establecimiento de una
escuela. Algunos de mis consejeros recomendaron una clase selecta de alumnos ,pero yo me opuse, sintiendo que la gente
pobre tenia la mayor necesidad, y por lo
tanto el derecho a preferencia. En busca de una casa adecuada, me decidí por
una situada en uno de los barrios...El salón grande que yo convertí en mi sala
de clase, se había usado ,sin embargo ,generalmente para borracheras y
bacanales, y mas de un asesinato se había cometido en él. Por esta causa el
alquiler era extraordinariamente bajo...teníamos cuidado de no salir afuera ni abrir las puertas después de oscurecer; y
frecuentemente, cuando estábamos así encerrados , podíamos oír los pasos de
aquellos cuyos pies son ligeros para derramar sangre, y en una ocasión nuestro culto de familia fue interrumpido por
el fragor de cuchillos cerca de nuestras ventanas enrejadas, sin aliento
escuchamos la pelea, y pronto oímos el
ruido una fuerte caída sobre el pavimento, luego un gemido y después un tumulto de voces. “
“ Otros dos
caballeros pronto alcanzaron la
escolta. Uno de ello ,un inteligente ladino, hacía poco tiempo que había ingresado a la clase bíblica para adultos. El me aseguró que el pesar de
los padres de mis alumnos era profundo,
y que las lágrimas tanto de ancianos como de niños se entremezclaban a causa de mí. el camino
,dijo, estaba lleno de mis alumnos,
muchos de los cuales habían emprendido
la marcha con la esperanza de
alcanzarme...él cabalgó a mi lado
unas cuantas leguas ,y para mí sorpresa y gozo ,me proporcionó verdadero
solaz con las palabras de la Escritura
que dicen: “Bienaventurados los
que padecen persecución de la justicia”
También me suplicó que enseñase a los soldados...y les dijo que era por
hacer el bien y enseñar a la gente, y no
por haber cometido un crimen, que yo me
hallaba prisionero...,
Estas señales de gentileza y de la bondad de
Dios, estimulaban mis sentimientos mucho más....”
“En
seis días llegamos a Gualán ... Los curiosos pobladores sin duda pronto sabrían la causa por la que
yo estaba preso, y así otra vez venía a ser un testigo silencioso de la Biblia,
y del Dios de la Biblia, en una tierra sin Dios. Unos de los días que así pasé
era domingo, y yo discurría sobre los privilegios que los creyentes disfrutan en los países donde se reúnen para
adorar a Dios y tener comunión.
Mientras así reflexionaba, atravesamos
la plaza de un pueblecito, donde un grupo de gente se hallaba reunido, al pasar cerca miré por encima de ellos
para darme cuenta de lo que hacían, y vi a dos gallos de riña, uno de ellos retorciéndose
agonizante a causa de una herida mortal. Esto constituí su convocación
religiosa, y percibí que si los cristianos
altamente favorecidos pudieran tan solo
presenciar esta escena, ello serian estimulados a orar por esta gente. “
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