viernes, 15 de enero de 2016

LA ESTIRPE DE ABRAHAM Cap. I

                                  LA ESTIRPE DE ABRAHAM


CÁPITULO I

LA  COMPLEJIDAD ÉTNICA EN EL ESTADO ESPAÑOL

    Para la mayoría de los  hispanoamericanos el nombre de España, suena  de una forma muy vaga e imprecisa; muy lejana, como algo que no tiene relación con nosotros, excepto por el idioma que hablamos. Para otras personas, especialmente para las etnias descendientes de los indígenas, sobre España pesa la culpa del atraso social y económico que hoy viven nuestros países. Por prejuicio, o desinterés general; poco o nada sabemos de esa Nación lejana, situada al otro lado del océano Atlántico.  y  ya sea o no de nuestro agrado; es parte importante de nuestra esencia  cultural y espiritual.     

   Dentro de  la percepción que ocupa la palabra España en nuestra mentalidad, pensamos que su gente proviene de una  sola etnia y con un solo idioma único y cohesivo, tanto social como culturalmente; sin problemas en cuanto a diferencias raciales y lingüísticas. Sin embargo la realidad histórica ha sido completamente diferente.

    España es el resultado de asentamientos cartagineses de raza fenicia, también de griegos, romanos, celtiberos, visigodos, judíos, moros y gitanos



Las etnias anteriores de alguna forma se  fueron transformando como parte del proceso social inherente en todos los países del mundo, aunque preservando también gran cantidad de su pasado histórico. Durante la formación de la nación española en la edad media, surgen  grandes conflictos que perduran hasta el día de hoy, tal es el caso  de la aspiración separatista del país Vasco, como de  la rivalidad  entre Barcelona y Madrid. Originados  por cuestiones de razas, conflictos territoriales, y otros  aspectos que se han acentuado a  través del tiempo. Para comprender algo de este complejo problema de varios siglos de duración en la península ibérica; leamos lo siguientes párrafos escritos por A. Sieberer en su libro “España frente a Cataluña”. (1944)

    “España tiene 24 millones y medio de habitantes, 1  de los cuales ocho millones forman las minorías nacionales.

    La lengua que comúnmente se ha convenido en nombrar “español”, en realidad debería llamarse “castellano”. Los ciudadanos de las tres nacionalidades no castellanas, conocen también en su gran mayoría el español, que es la lengua oficial del estado y la más extendida, sin que sea sin embargo, su lengua nacional; nunca hablan castellano entre ellos.

    Los idiomas catalán y gallego son parientes cercanos del castellano…Galicia es la cuna del origen del portugués. Y el gallego es un dialecto portugués en tierra española…Los españoles de las provincias marítimas, los habitantes de Galicia, de Asturias, de las provincias vascas de Cataluña y de la costa de Levante, con valencia su centro, no quieren mucho que digamos a los Castellanos.

   Los gallegos_ la minoría española en que hasta el presente aparece menos despierta la conciencia de raza organizada_...

   Las siguientes líneas de Jean dËlbée (noviembre de 1935) dan una idea del sentimiento nacional vasco: “Frente a los españoles, los vascos se consideran como el pueblo elegido, el pueblo puro. Cuando se ofreció la posibilidad de sacudirse el yugo de esta nación que ellos consideran como una mescla de moros y judíos, de vándalos y de godos,..,.”

   Quisiera llamar yo aquí la atención del lector sobre los limites inestables que tiene en la boca de los catalanes las palabras España y Castilla…Los catalanistas cambian la palabra España por la palabra Castilla, cargada para ellos de sentimientos negativos. La palabra Madrid encarna hasta la guerra civil un superlativo de antipatía.

   Los castellanos se siente heridos en sus sentimientos más profundos, cuando los  catalanes, como lo hace Prat de la Riba, llama al Cid un capitán de salteadores de caminos distinguido y atribuyen todo el merito de la victoria de Navas de Tolosa (1212) al hecho de que el caudillo del ejercito cristiano era un catalán.

   Si como los demás puertos españoles, el de Barcelona hubiera podido enviar sus barcos a América. Tal vez Cataluña habría aún ganado la batalla en este cambio necesario. Países de lengua catalana habrían nacido también en América…Pero los Castellanos pusieron el veto a la expansión de sus rivales…prohibieron a los catalanes bajo pena de muerte comerciar con los países recientemente descubiertos…La navegación y el comercio catalanes habían sufrido perjuicios graves porque los castellanos  se arrogaron el monopolio  del tráfico con la América recién descubierta…Si la edad de oro de los castellanos hubiera durado más tiempo, probablemente hoy día no habría catalanes….Los castellanos han conservado del tiempo de su grandeza, desmedido orgullo. Ellos se consideran la columna vertebral de España; se conducen como si estuvieran en un grado de civilidad superior al de las otras razas españolas y por tanto destinados a reinar sobre sus hermanos.

   Existe una mentalidad andaluza, gallega, catalana y castellana, pero no hay una mentalidad española…Encontramos en la península ibérica tal mezcla de tipos y de cuerpos, de cabezas y de cabellos, incluso en espacios restringidos, que un ensayo para establecer fronteras posibles debe forzosamente fracasar.”



   Habiendo leído los anteriores párrafos, tendremos ya una comprensión mejor de la nacionalidad  española; y por tanto no ignoraremos que la raza ibérica no es de un tipo homogéneo total, al contrario de la raza nórdica que sí lo es, y que habita en los países  de  Noruega, Suecia  y Dinamarca donde podemos apreciar que todos tienen el mismo fenotipo rubio y de ojos azules.

    Por eso no es correcta la apreciación general y arraigada  de  nuestra gente acerca de que los conquistadores hispanos que sometieron a los pueblos indígenas de América, eran  todos del mismo parecer físico  rubio y de ojos azules. Indudablemente muchos eran así, más sus mismos parientes cercanos y compañeros  se diferenciaban de los mismos.

   Respecto a la diferencia física entre familiares, la misma Biblia nos dice que se dieron entre dos  hermanos provenientes de un mismo padre y de una misma madre. En el libro de Génesis encontramos la historia de Esaú y de Jacob.  En la narración encontramos que Esaú era de cabello rojizo 2 y de temperamento activo, diestro  con el arco, por lo que se dedicó a la caza, mientras que su hermano Jacob era lampiño y de carácter reposado.

     “Y crecieron los niños, y Esaú fue diestro en la caza, hombre de campo, pero Jacob era varón quieto, que habitaba en tiendas.”  Génesis 25.27

…Y Jacob dijo a Rebeca su madre: He aquí, Esaú mi hermano es hombre velloso, y yo lampiño.”  Génesis 27.11

    

En el libro del Cantar de los Cantares, encontramos la narrativa de una joven judía que fue despreciada por sus hermanos, por ser muy morena de color.

“Morena soy, oh hijas de Jerusalén, pero codiciable…No reparéis en que soy morena, porque el sol me miró. Los hijos de mi madre se airaron contra mí…” (Por ser morena)  Cantar de los Cantares 1.5-6

   Encontramos en el mismo libro de Cantares una dicotomía genética que nos indica de la diferencia entre personas de un mismo origen racial, en este caso del pueblo judío.

“Mi amado es blanco y rubio, señalado entre diez mil. Su cabeza como oro finísimo. Sus cabellos crespos. Negros como el cuervo.”  Cantar de los Cantares 5.10 y 11

“¡Cómo se ha ennegrecido el oro¡ ¡ Cómo el buen oro ha perdido su brillo… Los hijos de Sión, preciados y estimados más que el oro puro, ¡Cómo son tenidos por vasijas de barro,…Sus  nobles fueron más puros  que la nieve, mas blancos  que la leche: más rubios eran sus cuerpos  que el coral… (Ahora) Oscuro más que la negrura es su aspecto; no los conocen por las calles. “Lamentaciones 4.1 y  8

   Esa misma dicotomía genética judía hispana no pasó desapercibida a los ojos de los indígenas americanos en el siglo XVI, quienes relataron en sus memorias.

   “Decían que  habían visto llegar  a su tierra ciertas personas muy diferentes de nuestro habito y traje, que parecían viracochas… y nombraron de esta manera a aquellas personas que habían visto, lo uno porque diferenciaban mucho de nuestro traje y semblante, y lo otro porque veían que andaban en una animalias muy grandes, las cuales tenían los pies de plata; y esto decían por el relumbrar  de las herraduras. Y también los llamaron así, porque los habían visto hablar a solas en unos paños blancos como una personas hablaba con otra,  y esto por el leer en  libros y cartas; y aun los llamaban viracochas por la excelencia y parecer de sus personas y mucha diferencia entre unos y otros, porque unos eran de barbas negras y otros bermejas (rojas, se alude por supuesto también al cabello de los conquistadores) Relación de Tito Cusi Yupanqui, Hijo de Manco II, heredero del trono de los Incas. 1557_1570.

Referencias

  1. Actualmente la población de España es de 40 millones de habitantes
  2.  Esaú es llamado también Edóm. Termino que quiere decir “Rojo”. Note la semejanza con el nombre Adam, que significa igualmente “Rojo

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