viernes, 25 de marzo de 2016

PREGUNTAS AL CORAZÓN- LA ESTIRPE DE ABRAHAM



LA ESTIRPE DE ABRAHAM 
Por Samuelson Ciudaddepaz

PREGUNTAS AL CORAZÓN
      Jack London. Un escritor norteamericano escribió una historia conocida como “El llamado de la Especie”.  Allí nos cuenta de un cazador que vivía en el territorio del Yukón, Canadá. El fiel compañero de este hombre era un perro mesclado con lobo, y de gran estampa. Este perro de grandes colmillos blancos lo defendía no solo de los indígenas, sino también de los lobos. No obstante al escucharlos aullar en la lejanía, este animal sentíase atraído por ellos. Un día el cazador es asesinado por los guerreros de una tribu indígena, ante lo cual el enorme perro queda solo cuidando su cabaña. Adelante en su relato nos dice que una noche; el perro al escuchar los aullidos de la manada de lobos, decide seguirlos, donde luego es aceptado como el nuevo líder. A partir de ese momento nace una leyenda entre los indígenas de un gran  lobo blanco que vengaría la muerte del cazador entre la tribu de los nativos.
  
 Apreciable lector; a semejanza del relato anterior, donde existe un “llamado de la sangre”, es nuestra convicción firme que desde un pasado histórico y desde el fondo inexorable de nuestro espíritu, y mejor aún, desde las páginas del Libro Viviente; nos llega una voz que nos está llamando a formar parte de una familia especial. Esta es la familia de Dios y de nuestro Señor Jesucristo. Por lo anterior no debe extrañarnos que en el transcurso de nuestra existencia y encontrándonos en alguna circunstancia especial, sucede  como si ya la hubiésemos vivido.

  De igual manera al ver un paisaje, escuchar una melodía desconocida o leer  algo, nos identificamos con  lo que estamos percibiendo, sea con nuestros sentidos físicos o con los espirituales. Nuestro corazón palpita aceleradamente, y la sangre fluye libremente llevando vida a todo nuestro organismo. Vemos  el cielo de un color más intenso y limpio, sensaciones de bienestar y paz invaden nuestro ser, respiramos en armonía con la naturaleza y deseamos hacer bien a nuestros semejantes. El amor de Dios fluye dentro de nosotros y deseamos amarle como él se merece.

  Esta sensación maravillosa descrita anteriormente en las últimas líneas fue lo que vivió Jesucristo, y es frecuente que lo experimenten las personas a quienes  Jesucristo llamó bienaventuradas.
   “En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra…” 1

  Decíamos anteriormente de sensaciones extraordinarias  e indescriptibles que recorren nuestro espíritu y estallan dentro cual innumerables partículas de alegría, gozo y felicidad. Eso sucede cuando vemos una montaña especial, una flor hermosa, el canto melodioso de un ave, etc. En nuestro caso también nos sucede al leer los siguientes párrafos.
  
 “El hebreo… ¡Qué tiene este idioma que nos atrae tanto,… como si alguien nos estuviera llamando desde su expresión escrita o hablada.
Ahora bien, en cuanto a mí, cuando escucho sus melodiosos y precisos sonidos saliendo de la boca de quien lo habla con fluidez… como si fuera agua clara y resplandeciente…como el sonido de un burbujeante arroyo manando desde lejos,  de un reino sin tiempo…Siento una profunda emoción cuando el Agua Viviente (Mayim Jayim) del Ruaj ha Kodesh (EL Espiritu Santo) se derrama sobre mi corazón…”    por Yaphah Rambsel en el libro “Su nombre es Jesús”. Yacov Rambsel
       Ahora, concerniente a usted, queremos hacerle unas  preguntas.
 ¿Qué fue lo que sintió  al leer el pensamiento de Yaphah Rambsel?
¿Se sintió identificado con la descripción  del sonido de un burbujeante arroyo  brotando desde un reino sin tiempo, que nos hace deseable el estar en un lugar así? y más aun, ¿Nos sentimos atraídos de una forma inexplicable hacia el idioma hebreo,  aun cuando nuestra lengua materna es el idioma castellano?
     Seguidamente le presentamos diversos versículos de la Biblia para que los medite.
“Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová”.2
 “y serviréis allí a dioses hechos de manos de hombres, de madera y piedra, que no ven, ni oyen, ni comen,  ni huelen. Más si desde allí buscares a Jehová tu Dios, lo hallarás, si lo buscares de todo tu corazón y de toda tu alma. Cuando estuvieres en angustia, y te alcanzaren todas estas cosas, si en los postreros días te volvieres a Jehová tu Dios, y oyeres su voz.”3
 “Mi pueblo a su ídolo de madera pregunta, y el leño le responde,…”4
“Oíd los que estáis lejos, los que he hecho y vosotros los que estáis cerca, conoced mi poder.”5
“Pues al fin llenará  de gloria el camino del mar, de aquel lado del Jordán, en Galilea de los gentiles.”6
“He aquí estos vendrán de lejos, y he aquí estos del norte y del occidente, y estos de la tierra de Sinim.”7
“Y de Sión se dirá: Este y aquel han nacido en ella;…Jehová contará al inscribir a los pueblos: Este nació allí. Y cantores y tañedores en ella dirán: Todas mis fuentes están en ti.”8
“Este dirá: Yo soy de Jehová; el otro se llamará del nombre de Jacob, y otro escribirá con su mano: A Jehová, y se apellidará con el nombre de Israel.”9
    Al leer los versículos anteriores de la Biblia,  ¿se sintió aludido o identificado con ellos ¿ o al contrario, ¿ sintió indiferencia ante los mismos?
    Le preguntamos también; al leer o escuchar los nombres de ciudades o países como: Washington, París, Londres, Madrid, Tokio, Jerusalén; Estados unidos, Francia, Inglaterra, España, Japón, Israel. ¿Qué ciudades o países de los mencionados, le gustaría conocer antes que los otros?, o bien, ¿Con qué país se sintió usted mas  atraído o identificado?
   Si alguna vez ha escuchado el sonido del instrumento musical judío llamado  Shofar,8 le preguntamos. ¿Qué sintió en su corazón mientras escuchaba el sonido de esa trompeta?
         
Si la mayoría de respuestas a las anteriores preguntas;  es sentirse identificado con las palabras relacionadas  con Israel y España, existe una probabilidad grande que por sus venas circule la sangre ancestral de hombres y mujeres de raza judía.
     Lo invitamos a que lea detenidamente este libro, reflexionando en dos herramientas útiles al alcance nuestro que son: las páginas inmortales de la Sagrada Biblia, y las páginas de la historia universal.

Referencias.
1.     Lucas 10.21     2. Salmo 84.2     3. Deuteronomio 4. 28_30                 4. Oseas  4.12      5. Isaías 33.13    
    6. Isaías 9.1          7.  Isaías 49.12     8. Salmo 87.5_7
    9. Isaías 44.5

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