martes, 3 de mayo de 2016

Capítulo XLIII ADAN Y EVA

Capítulo XLIII
El diablo intenta incendios provocados.
1 Entonces Adán y Eva estaban todavía con miedo, y dijo Adán a Eva . ¿Qué es ese fuego extraño que sale de nuestra cueva?, no hemos hecho nada para producir este fuego.
2 No tenemos ni pan para hornear, ni caldo para cocinar, para que el fuego?, Además nunca hemos visto cosa así, ni tampoco sabemos bien como llamarlo.
3 Sin embargo, desde que Dios envió al querubín con la espada de fuego que destellaba y alumbraba por su parte, el temor nos cayó y éramos como cadáveres, y no hemos vuelto a ver nada por el estilo.
4 Pero ahora, oh Eva, he aquí, este es el mismo fuego que tenía el querubín en la mano, y que Dios ha enviado para cuidar la cueva en la que vivimos.
5 Oh! Eva, es porque Dios está enojado con nosotros, y no nos va a llevar a él.
6 Oh! Eva, es que hemos transgredido Su nuevo mandamiento en cuanto a la cueva, por lo que Él ha enviado este fuego para quemar a su alrededor, y así impedirnos entrar en ella.
7 En caso de ser esto realmente así, oh! Eva, ¿así vamos a vivir? ¿Y a dónde vamos a huir de la cara del Señor? Dado que, en cuanto al jardín, Él no nos deja vivir en él, y nos ha privado de las cosas buenas; pero Él nos ha colocado en esta cueva, en la que nos han dado la oscuridad, los juicios y las dificultades, hasta que al fin hemos encontrado comodidad en ella.
8 Pero ahora, Él nos ha de llevar a otra tierra, y quien sabe lo que pueda pasar en ella? Y quien sabe si la oscuridad de esa tierra sea peor que la oscuridad de esta?
9 ¿Quién sabe si en aquella tierra habrá día o noche? Y quien sabe si estará lejos o cerca?, ¡oh Eva! Cuánto hemos desagradado al Señor que nos envía muy lejos del jardín! , ¡Oh Eva! ¿Dios nos priva de él porque hemos transgredido su mandamiento aunque hemos cumplido sus solicitudes en todo tiempo?
10 Oh Eva!, si Dios nos llevará en otra tierra extraña que no sea esta, en la que no encontramos consuelo, hay que poner nuestras almas hasta la muerte, y manchar nuestro nombre de la faz de la tierra.
11 Eva, fuimos echados desde el jardín de Dios y, ¿cuándo lo encontramos de nuevo, y pedimos que nos dé oro, incienso, mirra, y algunas frutas del árbol de higo?
12 ¿Dónde nos encontramos con Él, para pedir comodidad para nosotros una segunda vez? Dónde nos encontramos con Él, que Él pueda pensar de nosotros, por lo que se refiere el pacto que ha hecho en nuestro nombre? "
13 Entonces Adán, no dijo más. Y siguieron caminado él y Eva, hacia la cueva, y el incendio que recrudeció en torno a ella.
14 Pero el fuego venía de Satanás y no de Dios. Por él se habían reunido los árboles y pastos secos, y los había llevado y traído a la cueva, y les había prendido fuego, a fin de consumir la cueva y lo que estaba en ella.
15 Para que Adán y Eva se consuman en el dolor y pierdan su confianza en Dios y lo nieguen..
16 Pero por la misericordia de Dios, Satanás no podía destruir la cueva, así que envió un ángel para que protegiera la cueva del fuego, hasta que este salió y se apagó.
17 Y este fuego duró desde el mediodía hasta el anochecer. Ese fue el cuadragésimo quinto día.


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