sábado, 20 de mayo de 2017

499. EL FAROL DEL CIEGO

 500
ILUSTRACIONES
COMPILADAS POR
ALFREDO LERÍN
CASA BAUTISTA DE PUBLICACIONES
499. EL FAROL DEL CIEGO
<401514>Mateo 15:14b.
Un caballero estaba atravesando las calles obscuras de cierta ciudad, y vio que
se le acercaba un hombre con un farol encendido en la mano. Cuando se
acercó bastante, el caballero vio, por la luz de la linterna que ese hombre
llevaba, que éste tenía los ojos cerrados. Pensativo, siguió adelante el caballero,
mas sorprendido, se dijo: “Me parece que ese hombre está ciego.” Entonces
regresó, alcanzó al ciego, y le dijo:
—Amigo, ¿es usted ciego?
—Sí, señor —contestó el interpelado.
—Entonces, ¿para que lleva usted esa luz?
—Para que la gente no tropiece conmigo, señor.

De este ciego podemos aprender que es necesario hacer brillar nuestras
luces para que evitemos que otros tropiecen a causa de nuestra
ceguedad espiritual. —
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500. ENGAÑANDOSE A SI MISMA
<480607>Gálatas 6:7.
Cierta mujer fue a ver un fotógrafo para que la retratara. La señora se había
arreglado lo mejor que había podido y la fotografía salió buena. Pero el
fotógrafo se dijo “Tengo que retocar estos retratos porque si los dejo como
están, esa señora no quedará contenta.” En efecto, cuando ella regresó a ver al
fotógrafo para reconocer los retratos, quedó muy satisfecha: creyó que era más
bonita de lo que en realidad era. Primero se engañó a sí misma; después se
dejó engañar por el fotógrafo. Así son los hombres con respecto a su retrato
moral y espiritual: les place la adulación, la lisonja, y se dejan engañar con
gusto. Dios en su Palabra dice que están destituidos de su gloria por la
horrenda fealdad del pecado, y los insta a buscar la salvación de sus almas. —
El Mensajero Pentecostés.

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