domingo, 3 de abril de 2016

XXXVI CITAS PARA REFLEXIONAR LA VISDION DE LAS GENERACIONES PERDIDAS



CAPITULO  XXXVI
CITAS PARA REFLEXIONAR
     Apreciable lector, este es un buen momento para reflexionar acerca  de la situación de nuestra patria. Todos podemos aportar lo mejor para que Guatemala cambie y salga adelante .En las siguientes citas , tomadas de la narrativa de Federico Crowe, cl primer  misionero reconocido en la historia evangélica de nuestro País , nos daremos cuenta que la violencia actual que  azota a la capital de Guatemala, viene de tiempo atrás, y aun repercute en la actualidad.  Además retrocedemos en la cápsula del tiempo. Y nos situamos en el ambiente y sentimiento que debió pasar este misionero, rumbo a su destierro, En este contexto, diremos que este sentimiento desgarrador de ser expulsado violentamente de esta tierra ,lo vivió intensamente  el licenciado y poeta. Juan Dieguez Olaverri, quién un par de años antes había auxiliado a Crowe. Los dos personajes fueron victimas de la persecución de la intolerancia del gobierno de Rafael Carrera. Agradezcamos a Dios ,por el privilegio que tenemos  ahora de adorar a Dios libremente. y podemos declarar con convicción que en estos años Guatemala ya es una Tierra con Dios ,pues hay una antorcha viviente que alumbra las tierras chapinas. LA SANTA BIBLIA.    Cristianos, pidamos perdón a Dios por este suceso del destierro de don Federico Crowe. El es fiel y justo para perdonar las iniquidades de nuestros antepasados,_de nuestras generaciones olvidadas. Dios  traiga Paz abundante al país de la Eterna Primavera.

“...Mi primer objetivo, después de nuestra llegada, fue el establecimiento de una escuela. Algunos de mis consejeros recomendaron una clase selecta de  alumnos ,pero yo me opuse, sintiendo que la gente pobre tenia la  mayor necesidad, y por lo tanto el derecho a preferencia. En busca de una casa adecuada, me decidí por una situada en uno de los barrios...El salón grande que yo convertí en mi sala de clase, se había usado ,sin embargo ,generalmente para borracheras y bacanales, y mas de un asesinato se había cometido en él. Por esta causa el alquiler era extraordinariamente bajo...teníamos  cuidado de no salir afuera ni abrir  las puertas después de oscurecer; y frecuentemente, cuando estábamos así encerrados , podíamos oír los pasos de aquellos cuyos pies son ligeros para derramar sangre, y en una ocasión  nuestro culto de familia fue interrumpido por el fragor de cuchillos cerca de nuestras ventanas enrejadas, sin aliento escuchamos la pelea, y pronto oímos  el ruido una fuerte caída sobre el pavimento, luego un gemido y después  un tumulto de voces. “
   “ Otros dos  caballeros  pronto alcanzaron la escolta. Uno de ello ,un inteligente ladino, hacía poco tiempo que había  ingresado a la clase bíblica  para adultos. El me aseguró que el pesar de los padres de mis alumnos  era profundo, y que las lágrimas  tanto de  ancianos como de niños  se entremezclaban a causa de mí. el camino ,dijo, estaba lleno de mis  alumnos, muchos  de los cuales habían emprendido la marcha con la esperanza de  alcanzarme...él cabalgó a mi lado  unas cuantas leguas ,y para mí sorpresa y gozo ,me proporcionó verdadero solaz con las palabras de la Escritura  que  dicen: “Bienaventurados los que padecen  persecución de la justicia” También me suplicó que enseñase a los soldados...y les dijo que era por hacer  el bien y enseñar a la gente, y no por haber cometido un crimen,  que yo me hallaba prisionero...,
 Estas señales de gentileza y de la bondad de Dios, estimulaban mis sentimientos mucho más....”

“En seis días llegamos a Gualán ... Los curiosos pobladores  sin duda pronto sabrían la causa por la que yo estaba preso, y así otra vez venía a ser un testigo silencioso de la Biblia, y del Dios de la Biblia, en una tierra sin Dios. Unos de los días que así pasé era domingo, y  yo  discurría sobre los privilegios que  los creyentes disfrutan en los países  donde se reúnen  para  adorar a Dios y  tener comunión. Mientras  así reflexionaba, atravesamos la plaza de un pueblecito, donde un grupo de gente se hallaba  reunido, al pasar cerca  miré por encima  de ellos  para darme cuenta de lo que hacían, y vi a dos gallos  de riña, uno de ellos retorciéndose agonizante a causa de una herida mortal. Esto constituí su convocación religiosa, y percibí que si los cristianos  altamente favorecidos pudieran tan solo  presenciar esta escena, ello serian estimulados a orar por  esta gente. “

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